Hermana mía

marzo 3, 2009 at 9:14 pm (Prosa, Poesía) (, , , , , )

¿Dónde está la compasión, adónde la justicia?
Porque veo en tu vida y sé que no existe un dios.
¿A dónde van tus años y tus hijos, adónde tus sonrisas y sueños?
Porque te abrazo y te siento sollozar.

Hermana mía, dios nos olvida a todos; pero tú, tú fuiste abandonada, rechazada y maldecida.

Duele tu profundo dolor y la forma en que haces parecer tan liviano tu agudo pesar.
Cómo brillan tus ojos aun cuando el clavo en tus sandalias ha hecho que tu pierna gangrenada se paralice completamente.

Hiere, mi dulce hermana, tu tierno saludo y el temblor en tu labio que desea llorar, pero que deja salir simplemente un “Dios te bendiga”.

¿Quién es dios?
¿Quién es ese dios al que tú me clamas tan creyente, e invitas a tu mesa, mientras él da la espalda preocupado por que el diezmo ha disminuido?

Si tan sólo no costara sacar del nudo en mi garganta, si tan sólo se hiciera sencillo pedirte hoy que me perdones, por ser quien soy, por ser como soy.
Si solamente pudiera decirte que te amo, que eres parte de mí.
Si pudiera decirte que lo siento, que siento haber andado por ahí llorando el cargar con esta pluma en el ojo, mientras tu parada me oías con el mundo a cuestas, la barriga llena de embarazo y la planta de tus pies sangrante por las espinas incrustadas.

¡Perdóname hermana mía, si no fuera demasiado tarde, si aún te quedara vida!

Hermana tú que golpeada por el puño de los frutos de esta maldita sociedad machista, cantas para tus hijos.
Tú que compartes el corto tiempo de tu vida con los que no han de agradecerte.
Tú que enseñas con fe a los futuros asesinos y líderes de destrucción humana.
Tú que lloras bajo las cobijas mordiendo los dientes porque todos te olvidan, todos te dejan, todos escupen tu rostro.
Hermana tú que aun así los amas… nos amas.
Hermana tú realmente eres la merecedora de adoración.
Tú y sólo tú eres la creadora de milagros. La que convierte una quincena en el pan del mes.
El pan de uno, en cientos. El hambre en alegría. El llanto en fuerzas. La semilla en árbol.
El libro en conocimiento. El amor en libertad. El cielo en una realidad, sin ofrecer vida eterna ni recompensas exclusivas de los santos.
Hermana mía, tú que eres lo que dios debiera ser; tú, eres verdadero amor.

NOTA: Dedicado a todas las mujeres de todas las edades, que han tenido que nacer en este mundo dominado por hombres, en especial a mis tres hermanas (Angie, Eva y Rosi).

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